Mamá con el pelo rojo

Cuando se levantó y salió de casa, tenía el pelo café, como el mío. Todos dicen que me parezco mucho a mi mamá, pero ya no. Porque cuando regresó, tenía el pelo rojo como un tomate.

Ya no nos parecemos tanto, y me puse triste por eso. Mi mamá dice que nos parecemos en lo importante, y que sólo se pintó el pelo para cambiar. Me dice que los adultos aveces tienen que intentar cambiar, para ver como les ve con los cambios, y si les gustan. Pero no me dejó pintarme el pelo azul. Dice que los niños no pueden pintarse el pelo.

Los adultos son extraños.